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Plazas de Mercado


Si de mercar se trata, por qué no la plaza
Por: EDUARDO ANDRÉS CASALLAS PINILLA


Seguramente cuando acudes a comprar frutas y verduras, acudes a la tienda de barrio o a las grandes cadenas de supermercado, pero te has cuestionado ¿Para qué existen las plazas de mercado?.

A lo largo del tiempo las plazas han congregado cantidades inimaginables de personas, pudiese pensarse que ese concepto es de nunca acabar, pues aún estas continúan siendo un punto de encuentro muy importante dentro de cualquier ciudad, municipio, estado, villa, etc.

Aquellos espacios que en muchos casos, sirvieron para reunir grandes revolucionarios de las diferentes historias en tantos países,  también congregaban la gente para ofrecer los productos que sus tierras producían, y así mismo proveerse de aquellos que fueran propios de pueblos vecinos y con los cuales reinaba una actividad que se conoció como el trueque, dando inicio a los mercados campesinos, que con el nacimiento de la moneda se fortalecieron, pues día a día acudían los primeros comerciantes a exhibir sus productos y asistían allí compradores para adquirir aquello que sus necesidades demandarán, por tanto se generaban unos tributos que eran pagaderos a los reyes, virreyes o emperadores de aquellas épocas, pero que en la actualidad siguen siendo un modelo con lo cual sobreviven nuestros gobernantes.


Los fines de semana los campesinos, comerciantes y artistas nos abren las puertas de este espacio gastronómico, aunque la gran mayoría las podemos encontrar todos los días, pues aprovecharon esos puntos de encuentro, para instalar allí una actividad más que comercial, familiar, que en muchos casos han pasado por las diferentes generaciones, hasta encontrar a los personajes de hoy que trabajan en estas y hacen de ellas un sitio turístico obligado para cualquier lugar que se visite.


Sin lugar a duda desde el surgimiento de estos mercados, siempre ha estado presente la frescura de los productos, encontrándose muchas veces con diferentes y deliciosos aromas; deleitando los ojos, la nariz, el gusto al recorrer centímetro a centímetro sus espacios, dejándose cegar por el arte, la cultura, la historia y el paraíso gastronómico que una plaza contiene, sin hablar de las ventajas de que podrás comprar la cantidad que desees, podrás pedir rebaja, y disfrutar del encime o la ñapa, así que si de mercar se trata por qué no la plaza.


*Imágenes: Gastronomía Colombia




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